Cosas que me pregunto a veces

De vez en cuando, cuando pienso en nuestro país, me pregunto por qué no apuntamos a lograr cosas más grandes.

Somos grandes exportadores de oro, hierro y cobre; pero no exportamos ni joyas ni acero ni cables (no en grandes cantidades, al menos).

Tenemos una gran calidad de algodón y buena calidad de confección en zonas como las de Gamarra, en Lima, pero no tenemos ninguna marca internacionalmente reconocida de ropa, a niveles de los grandes nombres que todos conocemos de memoria.

Tenemos una variadísima cantidad de frutas, pero no somos grandes exportadores de mermeladas.

¿Por qué? Porque falta inversión. Sí, es posible. Además de la inversión en los productos, se necesitan también grandes cantidades de dinero en publicidad y mercadotecnia para conseguir que un producto llegue a ser apreciado en los mercados.

Pero también creo que va más allá de eso. Falta además la decisión de unirse para lograr cosas importantes.

Los peruanos nos unimos mucho cuando se trata de apoyar a la selección de fútbol; pero caminamos cada uno por su lado cuando se trata de lograr las cosas que realmente podrían llegar a tener un impacto en nuestras vidas.

El «sistema» funciona así. Es cierto. Pero ese sistema no es nuestro. Es una corriente de pensamiento importada durante el siglo XX y afienzada por la globalización. No necesito decirte cómo se llama. Lo sabes bien.

Lo que sí quiero hacer esta noche es recordarte que Perú es la cuna de la civilización de América; que a lo largo de nuestra historia hemos vivido y trabajado en comunidades, no aislados; que no siempre se necesita de un gran empresario porque también hay empresas colectivas; y que, si nuestros tataratataratatarabuelos construyeron Machu Picchu y los geoglifos de Nazca, no es para que nos quedemos tan atrás.

Hasta la próxima.

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