Cómo tener un mejor año en el país

Durante la primera semana de enero suele desearse un feliz año a diestra y siniestra en el Perú. No es novedad. Lo que sí es totalmente nueva es la circunstancia en la que lo hemos hecho este año: Recibimos el año 2021 tras meses de epidemia, con una economía golpeadísima y con un nivel bastante alto de agotamiento social al respecto. El 2021 también será un año de elecciones, con todo lo que ello implica.

¿Qué podemos hacer para que Perú realmente tenga un bonito año 2021? Aquí, como siempre, algunas cosas en qué pensar:

En salud, tenemos tres problemas grandes por resolver: la epidemia, las otras enfermedades y los posibles cambios en salud que vengan con el próximo gobierno. Es cierto que la epidemia está en boca de todos, pero no podemos quedarnos solamente en él. La vida continúa. Pero lo que sí podemos hacer en este año es tomar medidas concretas para mejorar nuestra propia salud. Perú necesita habitantes sanos, sobre todas las cosas.

Así, mi primera sugerencia será pedirte que asumas lo que te corresponde hacer por tu salud. Con comer sano, ejercitarte y evitar contagiarte de Covid (con las tres medidas que todos conocemos) habrás contribuido, estoy seguro, a tener un mejor país.

En educación, tenemos tres temas que observar también: la educación a distancia en todos los niveles, los maestros y la ignorancia. El tema de los maestros es el que me preocupa menos. Tenemos excelentes profesionales de educación en todos los niveles de instrucción en el país. Con metas claras, el apoyo logístico adecuado y suficiente tiempo para organizar sus clases, lo más probable es que tengamos un buen año educativo. Quienes me preocupan más son los alumnos y los padres. Quienes tenemos amigos con hijos pudimos darnos cuenta de lo complicado que fue para los padres del 2020 asumir la responsabilidad de guiar a sus hijos mientras aprendían virtualmente. Fue un papelón que no debería repetirse. Que este 2021 sea el año en que todos los padres repasen sus conocimientos de lenguaje, matemática, historia, ortografía, ciencias —y, en fin, todo— para que cuando vengan sus hijos a buscarlos con sus preguntas, puedan contestarlas sin problema.

A ello agregaría la capacidad de cuestionar, especialmente entre los adultos. Hay demasiadas sandeces circulando por ahí, y muchos las creen ciertas. ¿Qué se puede hacer para defenderse de ellas? La respuesta es simple: leer. A quien busca la verdad, a quien pide pruebas de lo que le están diciendo y a quien cuestiona no le engañan. En años anteriores no hemos hecho mucho uso de estas defensas. En el 2021, con elecciones presidenciales a la vista, la capacidad de cuestionar lo que nos dicen será particularmente importante.

En política, creo yo, el Perú ganaría mucho con un pequeño cambio de actitud y de palabras. Perú tiene una marcada tendencia a hablar de los políticos: lo que hacen, lo que dicen, lo que opinan otros de lo que uno dijo. No está exactamente mal, pero se pierde la oportunidad de hablar de las políticas, que son más importantes: qué se ha hecho, qué se está haciendo y qué se planea hacer en las próximas semanas en los diferentes campos del quehacer nacional. Es mucho más que un simple cambio de palabras, como notarás.

A ello, definitivamente, necesitamos agregar que, como peruanos, deberíamos asumir el compromiso de leer los planes de gobierno que los candidatos proponen para poder votar por aquel que nos ofrezca las mejores propuestas. Así, con suerte, podremos dejar de votar por simpatía.

En economía, lo mejor que podemos hacer es formalizar el Perú. Tener alrededor de setenta por ciento de informalidad en un país es una vergüenza por donde lo veas, y lo peor es que no abre puertas ni en la banca ni en el extranjero. Que el 2021 sea el año en que los empresarios peruanos apuesten por hacer las cosas bien. La experiencia muestra claramente que las empresas formales crecen, a pesar de los impuestos.

Y ojalá que el gobierno ayude a los empresarios a formalizarse también. Reduciendo el costo de tener un empleado en planilla se ganaría mucho. Y, para que quede claro, sí, estoy hablando de eliminar una gratificación anual y de reducir el aporte a EsSalud de los empleados formales. Con menor costo laboral para los empresarios en tiempos de pandemia podría haber menor desempleo, más personas aseguradas y, en general, un futuro mejor para todos.

Finalmente, y para que vean que no todo lo que escribo es político, cerraré este artículo diciendo que hay un campo más en el que podemos mejorar en este año que comienza: las relaciones interpersonales. Perú tiene gente encantadora —lo sabemos todos—, pero temerosa de decir la verdad. Sería increíble cambiar eso. Si alguien dice que el trabajo estará listo para el miércoles, que esté listo para el miércoles. Si alguien dice «te amo» a otra persona, que también lo diga de verdad. Con mostrar un poco más de franqueza ganaríamos mucho como nación.

Hasta la próxima.

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