Deberíamos hacer una lista de pendientes peruanos

Si hay algo en lo que los peruanos estamos de acuerdo en estos días, es que los candidatos a la presidencia de estas elecciones dejaron muchísimo que desear. No es secreto para nadie que a un gran porcentaje de peruanos la política les ha resultado una decepción, y que es probable que tengamos cinco años de «lo mismo».

Lo malo es que vengo escuchando aquello de que en Perú todo es «lo mismo de siempre» durante décadas. Lo que me sorprende es que todavía los peruanos no hayamos tomado medidas al respecto.

¿Qué medidas podríamos tomar? Sería buen momento para pensar un poco en nosotros mismos y hacer una lista de pendientes. Aquí te dejo unas primeras sugerencias para esa lista:

Cambiar aquella nefasta palabra de la Constitución que permitió que el congreso vaque a Martín Vizcarra y nos trajera la inestabilidad política que sufrimos en noviembre del 2020. Sería realmente bueno que los congresistas entrantes evalúen la posibilidad de cambiar la frase «incapacidad moral» por «incapacidad mental». Lo pueden lograr en un año y evitaría las arbitrariedades que ya vivimos.

Abaratar los costos de transporte. Alguien que conozco desperdicia dos horas y media de su vida todos los días yendo y viniendo de trabajar en Lima; el mismo tiempo que tarda otra persona que conozco en viajar 274 kilómetros dos veces por semana para trabajar en provincia. En un país en el que la mayoría de productos alimenticios viaja en camión, la comida se encarece; y en un país que aún tiene pobreza, eso no es admisible. Dicho esto, es crucial que el próximo ministro de transportes y comunicaciones trabaje en encontrar maneras de solucionar los tantos problemas de transporte que tenemos en el país. ¿Será momento ya de tener trenes en todas las zonas peruanas?, ¿o seguiremos teniendo trenes solamente para transportar minerales e ir a Machu Picchu?

Recopilar y hacer lo más públicas posibles todas las formas de cultura peruana. A medida que avanzamos en tecnología, corremos el riesgo de internacionalizar nuestra sociedad tanto que terminemos olvidando la pluriculturalidad que nos hace únicos como peruanos. Sería muy bueno para todos que el ministro de cultura dedique una parte importante de su tiempo en recopilar todo lo que Perú nos ofrece, desde las danzas y tradiciones más milenarias que todos conocemos hasta las plantas medicinales que existen en ciertos rincones de la amazonía y hoy solamente son conocidas por ciertos elegidos en regiones remotas de nuestro país.

Ponerle algo de sentido común a la educación. Perú tiene reputación de tener una educación de mala calidad, pero la educación no depende únicamente de los centros de estudios. Una vez que sabes leer y escribir, no tienes excusa. ¿Qué falta, entonces? ¡Motivación! ¿Qué tal difícil es exigir a los alumnos un poco más para levantar el nivel de la educación, o realizar una verdadera campaña de promoción de la lectura en el país? Serán tareas pendientes para el próximo ministro de educación, sin duda, pero que nadie olvide que la primera responsabilidad de educar es de los padres y no de los maestros.

Formalizar la economía. Creo que esto es el primero de los pendientes a atacar. Algunos medios dicen que la informalidad en Perú llega a 70%. Si aquello es cierto, pues es una vergüenza. ¿Cómo es posible que un país permita que más de la mitad de la sociedad no cumpla con la ley! No solo no tiene ningún sentido desde el punto de vista económico, sino que es sumamente dañino para los trabajadores informales. Estamos en tiempos difíciles y seguramente corresponde al gobierno hacerse de la vista gorda un tiempo más; pero una vez que la epidemia esté superada, espero, con todo el cariño del mundo por mi país, que la prioridad número uno del gobierno sea la formalización de la economía nacional.

Hasta la próxima.

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