Caca embolsada

Hace algunos años comenzó en el país la moda de obligar a los dueños de mascotas (por lo general, perros) a recoger las heces de sus animalitos (lindos, preciosos) en una bolsa y echarla en un tacho especial. Aparecieron nombres rimbombantes para intentar hacerlo más ameno al público —"Pufican", por ejemplo— y pocas semanas después, ordenanzas municipales lo convirtieron en obligación bajo pena de multa, oleando y sacramentando el asunto.

"Con fines de preservar el ornato y salubridad ambiental de las áreas públicas del distrito, el conductor o guía del can o los canes, es responsable del recojo inmediato de los restos orgánicos que éstos dejen (deposiciones) y su depósito en tachos públicos de basura u otros recipientes especiales, acondicionados para tal fin.", dice, por ejemplo, la ordenanza de la Municipalidad de San Borja, en Lima, antes de añadir, "Su incumplimiento estará sujeto a multa pecuniaria y en caso de reincidencia, a disponerse del animal infractor y denunciarse al propietario o tenedor, por atentar contra la salud pública y privada, en concordancia con las disposiciones contenidas en la Ley General de Salud."

No pediré que me expliquen cómo un animal puede ser infractor si no es reconocido como ciudadano por el estado; o cómo por tener un perro alguien atenta contra la salud pública y privada. Ese es otro asunto. Lo que sí he de admitir es que la idea de tener menos estiércol en las calles, en general, no es mala. Nunca he visto a nadie sentir felicidad al pisar estiércol ajeno, así que evitar que las calles y parques se conviertan en un "campo minado" es más que razonable.

La forma en que se está pidiendo a la gente hacerlo, sin embargo, no lo es. En realidad, está convirtiéndose en un problema. ¿Por qué? Porque en casi todos los casos que he visto, las deposiciones se recogen en una bolsa de plástico.

El plástico es un material muy útil pero también muy duradero. La ciencia no ha podido determinar con exactitud cuánto tiempo tarda en degradarse (eso, si se degrada), así que, en general, se asume que dura para siempre. Se ha tratado de inventar algún tipo de plástico que se degrade con mayor facilidad y en menor tiempo (las famosas bolsas biodegradables, por ejemplo), pero la verdad es que todavía no se ha logrado crear un plástico que se descomponga adecuadamente en un periodo de tiempo razonablemente corto. La más rápida demora varias décadas en descomponerse.

Leíste bien: varias décadas.

Si las cosas están de este modo, pregunto: ¿Por qué estamos guardando caca en bolsas de plástico? ¿Cuando los municipios recogen este estiércol, se están dando el trabajo de abrir o romper cada bolsita para extraer las heces que nos pidieron recoger?, ¿o estamos, sin darnos cuenta, creando un almacén enorme de caca embolsada en el Perú? No podemos saber la respuesta exacta a esta pregunta. Tendríamos que preguntar, una por una, a todas las municipalidades para saber qué están haciendo con las contribuciones de sus vecinos. Lo que sí sabemos es que no podemos arriesgarnos a tener acumulaciones inútiles de caca embolsada en el país. Perú es demasiado lindo como para exponernos a malograrlo de esa forma.

¿Qué podríamos hacer? Esta semana preguntamos a la gente de L.O.O.P. su opinión y esto fue lo que nos respondieron:

«Lo ideal es siempre reducir el uso de bolsas plásticas. Éstas no son biodegradables y mantendrán las heces dentro hasta que por algún motivo se rompan en pedazos cada vez más pequeños. La recomendación sería intentar priorizar el uso de periódico o un recogedor (poniendo algo de tierra sobre las heces) para el recojo de heces y depositarlo en el contenedor de orgánicos, de esta manera dejarlo continuar con su ciclo natural.

«En otros países se utilizan bolsas biodegradables pero aquí en Perú no hay disponibles. Las que ofrecen en los supermercados no son realmente biodegradables al 100 %, no siendo una solución a la problemática. En realidad, hasta más daño causan.»

Yo pienso que tiene sentido. Un pedazo de papel periódico antiguo podría tranquilamente servir para recoger las heces y hacerlas un paquetito que no deje malos olores o atraiga moscas. ¿Qué opinas tú? ¿Podrías dejar de recoger heces en bolsas de plástico para cuidar el país?

Yo estoy seguro de que sí.

Hasta la próxima.

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