Cómprale a los peruanos

En el Perú tenemos millones de empresas, y vemos ambos extremos: Algunas cumplen con todos los requisitos que manda la ley; otras a duras penas dan una boleta cuando se la exigen.

Y también es cierto que a veces sentimos un poco más de confianza al comprar nuestros productos de una empresa grande y establecida que en una pequeña que poca gente conoce.

No obstante, hay un punto en el que pocas veces reparamos y que, como peruanos, deberíamos tener tal vez un poco más en cuenta: La gran mayoría de empresas peruanas son empresas pequeñas, pero generan alrededor del 80 por ciento del empleo y aproximadamente 60 por ciento del producto bruto interno (PBI).

Si nuestra realidad, al menos por ahora, es así, ¿por qué no usamos nuestro dinero en fortalecer a las empresas locales? Pongamos unos pocos ejemplos:

¿Nos conviene más como país comprar un mueble a un ebanista peruano, que usa buena madera de nuestra propia selva, o comprar un mueble «listo para armar» traído desde la China y a la venta en algún centro comercial de la ciudad?

¿Nos conviene más como país comprar ropa nueva hecha por productores peruanos, o ropa importada de algún lugar de Europa (hecha en algunos casos con tela peruana)?

¿Nos conviene más como país invertir en publicidad vía Internet en Google o Facebook, empresas estadounidenses, o a la peruana Heptagrama, que también llega a todo el mundo y también llega a un número importante de gente?

Para tener un Perú mejor, necesitamos no solo pensar que el dinero que tanto trabajo nos cuesta ganar día a día nos va a ser mucho más útil a todos si se queda en nuestro propio país, sino también hacer lo posible para que eso pase.

Dejemos las compras de productos extranjeros solo para esos casos en que la calidad del producto peruano sea notoriamente inferior. Y usemos nuestro dinero con gusto en las empresas locales que cumplen con las leyes, con sus empleados y con su sociedad.

Hasta la próxima.

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