Tabaco: dos pequeñas desgracias cotidianas

En muchos lugares del Perú, a Lima le dicen «Lima, la gris»; pero también «Lima, la cochina». A quien camina unas horas por las calles de Lima, le parecerá evidente por qué. Es realmente una ciudad sucia.

No soy alcalde, así que no sé con exactitud qué tan difícil será mantener limpia una ciudad con más de 10 millones de habitantes; pero concederé que la cifra es alta y que, posiblemente, sea difícil.

No obstante, si hay algo que salta a la vista sobre la suciedad en la ciudad de Lima es que buena parte de la basura que puede encontrarse en las calles es aquella que proviene del tabaco. No es exagerado decir que en casi todas las calles y jardines de la ciudad puede encontrarse cuando menos una colilla de cigarrillo tirada.

Curioso sobre los cigarrillos, pregunté a unos diez tenderos que conozco si hoy venden más, menos, o la misma cantidad de cigarrillos que el año pasado. Un buen número me dijo «más que antes», sin ni siquiera dudarlo un momento.

Para tener un Perú mejor, deberíamos prestar un poco más de atención a estas dos pequeñas desgracias cotidianas:

¿Por qué? Porque el futuro es más lindo para la gente sana.

Hasta la próxima.

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