La pobreza y las alpacas

Se estima que el ochenta por ciento de la población mundial de alpacas vive en los Andes peruanos; principalmente en Puno, Cusco, Ayacucho, Arequipa, Huancavelica y Apurímac. Curiosamente, esas mismas áreas de los Andes son también algunas de las zonas más pobres del Perú. Lo podemos confirmar fácilmente revisando las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística e Informática, INEI, o el resumen en Wikipedia.

No hay que ser un genio para concluir que, aumentando la demanda de productos de alpaca con buena publicidad, podríamos contribuir enormemente a la reducción de la pobreza en la zona. Aunque hay algo curioso sobre eso: Perú ya exporta millones de dólares estadounidenses en productos de alpaca todos los años. La última cifra que he tenido en mis manos confirma que Perú exportó 47 millones de dólares solamente el año 2015.

¿Entonces?, si Perú vende más de 47 millones de dólares por año, ¿por qué todavía hay pobres en las zonas donde tenemos la mayor población mundial de alpacas? Por la forma en la que se están realizando esas exportaciones.

Según el Departamento de la Industria de la Vestimenta de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo, PromPerú, durante el 2015, 88 % de la exportación peruana de productos de alpaca fue realizada por ochenta y cuatro compañías entre medianas y grandes. Para ser considerada mediana, una compañía debió exportar más de 100 000 dólares estadounidenses en prendas de alpaca. Para ser considerada grande, debió exportar más de un millón de dólares solamente ese año.

Y es ahí donde está el quid del asunto.

En Perú, hay una pequeña industria que toma la lana de alpaca y, después de lavarla, la hila y la lleva a máquinas que crearán las chompas y otros productos que serán exportados. Desde luego, también prepara ovillos para quienes deseen tejer a mano, pues la venta de lana de alpaca también es un producto solicitado.

Sin embargo, la mayor producción de productos de alpaca no se realiza en fábricas. La lana de alpaca es parte importante de la cultura andina y hay mucha tradición en su producción. El tejido de prendas de alpaca en los pueblos de los Andes casi siempre se realiza a mano y no llega fácilmente a otros mercados.

¿Cómo se venden, entonces? A través de intermediarios. Varias compañías, la mayoría con sede en Lima, van a los Andes a hacer pedidos de chompas (y otros productos) de alpaca a los artesanos de los Andes. Al ser comerciantes, estos intermediarios suelen negociar los precios de los productos que compran, y obtienen de los artesanos descuentos y precios al por mayor. Incluso hay algunos que les cobran penalidades por cualquier demora en la entrega.

Como posiblemente ya has adivinado, son los intermediarios quienes se quedan con el mayor porcentaje de ganancias en la venta de productos de lana de alpaca. Su margen de ganancias muchas veces es superior al 200 %.

Y como consecuencia, los pobres todavía siguen siendo pobres.

Para tener un Perú mejor, necesitamos que esto cambie de alguna manera. Sería genial poder encontrar un mecanismo que permita a los pequeños productores exportar directamente sus productos de alpaca, para que no sean los intermediarios quienes se queden con la mayor parte.

Te dejo la idea.

Hasta la próxima.

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